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Aquí tenemos entre nuestras manos, el disco debut de Cross Eyed Lover, una banda rockera de Perth, Australia. El disco lleva por título "Blonde Zombie" (quizás así de primeras pueda despistar, porque no suena muy rockero), pero os aseguramos que aquí no hay ni rasto de gothic, ni death, ni cosas raras. El álbum lo componen 11 pistas de rock, que navega entre lo clásico y la melodía, con altas dosis de energía. La banda ha tenido dos años para escribir los temas que aquí nos encontramos, y aseguran que no todas las composiciones han acabado dentro de este lanzamiento, quedándoles algunas balas en la recámara, para publicar como bonus o para otro futuro LP. Originalmente formados como dúo por Jason Rigoli a la batería y Sal Truscello a las guitarras, consiguieron fichar a Andy Smith para las voces (igual ya os suena de Baby Jane o Sister Switchblade) y Simon Whyte para el bajo.

El mismo tema título es el que da arranque a la reproducción. Como decíamos anteriormente, un tema enérgico, de guitarras muy presentes y con personalidad rockera. Los coros se adueñan del estribillo mientras Jason Rigoli lleva la batuta del ritmo. Así de primeras, tal vez eche de menos un poco más de pegada en el sonido de la batería, que me parece algo plano, pero la ejecución es sobria y correcta. El segundo tema es "Break the machine", que tras un inicio algo progresivo, se desata con unos buenos riffs de tradición australiana. Suena bastante más heavy que la anterior, y esconde unos buenos punteos que le van dando un toque diferencial. "Watcha gonna do about it" se acerca de nuevo al sonido de la primera pista. Un tema rockero con coros en los estribillos, pegadizo y guitarrero. En "Ain't it a shame" relajan el ritmo, y todo el sonido parece tamizado por una especie de filtro, que le da un aire más alternativo. No es precisamente el corte que más me haya gustado, pero ayuda a romper la tónica del disco. Yo soy más de temas como el que sigue, "Two's good", donde el riff de la guitarra lleva la voz cantante, mientras unos punteos van adornando la melodía. Es este un tema más de corte clásico pero hecho con buen gusto. "Back in the game" también suena rockero, aunque tiene una tesitura diferente a las anteriores, y aquí si podemos apreciar claramente las líneas de bajo de Whyte.

"Jump Start Baby" tiene una melodía juguetona. Por otro lado "Gotta get out" no me ha acabado de enganchar, al no haber acabado de conectar con los trabajos de la guitarra. Una línea de bajo da comienzo a "Gutter crawl", y unas entrecortadas guitarras muy a lo Aerosmith, dan paso a un tema que va creciendo en intensidad y acaba siendo mucho más enérgico que su inicio. Nos acercamos al final con "Slave", con un estribillo de los más conseguidos del plástico, y de lo más destacado de la canción que nos ocupa. Se despiden con "Never die", con un principio super heavy-speed, que suena a Judas Priest. Es este uno de los temas más acelerados del disco y lo afilado de las guitarras es lo que más me recuerda a los sacerdotes británicos.

Todos los inicios son complicados, aunque siempre sirven para establecer unas bases que ir puliendo con el tiempo. Cross Eyed Lover ya han dado el paso más importante, y seguro que en un futuro conseguiran acabar de pulir su sonido o podrán invertir más en producción, y a buen seguro que eso jugará en favor de sus composiciones. Si consiguen darle un poco más de punch a lo que sale por mis altavoces, me habría quedado otra sensación. Los temas son buenos y creo que capturan bien el directo, pero como comentaba en algún punto, les noto falta de pegada. ¡¡La culpa es de las producciones ultra-cristalinas que nos rodean, que nos atrofian el oído!!