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Por fin. Le tenía ganas a este disco desde que me enteré que Danny Cecati, el ex-vocalista de Pegazus, era su vocalsita. Lo flipé en su dia con sus agudos y voz rasgada en el primer álbum de los australianos, consiguieron atención con sus dos primeros lanzamientos, pero quedaron relegados al underground al no conseguir despuntar. Tras publicar un EP el pasado año, debutan con este LP cargado de temas rockeros y heavies a partes iguales. Una sorpresa que hará las delicias de los seguidores más clásicos fas de bandas como Judas Priest o Accept. Tras lo mandos, podemos encontrar el toque de Paul Laine y Bruno Ravel (Danger Danger/The Defiants).

La cosa empieza fuerte con el arranque metalero de "Date with the devil", con un riff muy heavy y un Danny Cecati raspando sus cuerdas vocales mientras los coros le preparan el terreno. Solos por doquier y muchos detalles aportan el punto diferencial a este tema que apunta a cañonazo. El cambio de ritmo del final le aporta dinamismo y el solo que lo sigue es destacable. La segunda pista es "Wait for the night", un caballo desbocado que encajaría en cualquier disco de Dio, que destila Heavy Metal, y que es otro puñetazo en la mesa por la convicción que desprende. "We fall" empieza de una forma más oscura, con un riff más marcado y un tempo más machacón, de esos que te hacen agitar la cabeza arriba y abajo. El melódico estribillo parece influenciado por Maiden, pero ya. Los detalles a las seis cuerdas se suceden aportando mucha diversidad sonora a la pista, y hacia el final el vocalista nos obsequia con uno de sus alaridos. "Sign of the times" empieza de manera acústica, pero una pontente guitarra va apareciendo mientras la batería propulsa una inusitada potencia a la canción. Un tema de fuerte carga dramática que recuerda a los temas más teatrales del bajito vocalista de New Hampshire. Gran tema. Las guitarras vuelven a apoderarse del sonido en "Daze of delirium", en una onda más hard-rockera y melódica, y un coro muy contagioso que aúpa la pista hasta las primeras del top.

"Killer at large" ha sido presentada como single, y muestra otra vez la faceta hard and heavy de la banda, con una gran interpretación del vocalista, muy bien acompañado a nivel instrumental en todo momento. La melodía se apodera del estribillo, pero la canción tiene potencia de sobra para acabar siendo otro de los himnos del plástico. La siguiente "Love's got a hold on you" sigue la estela de las anteriores, con un sonido muy 80's en la concepción del tema, combinando la dureza del heavy de la época, con la pomposidad de los estribillos accesibles del Sunset Strip. La balada del disco lleva por título "Don't wait for me", un tema suave y emotivo en clave acústica, en la que el vocalista muestra otros registros. Un gran solo pone el contrapunto eléctrico a esta aterciopelada melodia que sube en intensidad en su tramo final. El disco cierra por todo lo alto con "Stronger", un directo al mentón y tema que me recuerda a su etapa en Pegazus en su inicio, aunque luego se desmarca con esa tónica de estribillos melódicos. El resto del tema es muy Heavy Metal, con grandes guitarras y potentes baterías. Buen tema para cerrar y dejar la sensación de satisfacción en tu paladar.

En definitiva, un muy buen disco de una gran banda, que roza a gran nivel tanto compositivamente como a nivel de ejecución, y con un vocalista especial. Seguro que Wicked Smile nos deparará buenos momentos en el futuro próximo. Por poner un pero, tal vez la portada del disco no nos dé muchas pistas, o pistas acertadas, sobre su contenido.