Formados en 2011 para dar rienda suelta a su fanatismo por el Black Metal, Wode sembraron su embrión en Manchester. Tal vez no fuera la mejor localización para una banda del género, pero a buen seguro les ha servido para aportar diferentes matices a su propuesta, que los tiene, y muchos. Asentados sobre una base de oscuridad y metal extremo, estos británicos no vacilan ante la posibilidad de incorporar diferentes elementos a sus composiciones para hacerlas más variadas y atractivas. Sus miembros ya se conocen de múltiples proyectos underground, compartiendo algunos de ellos como Agressive Perfector o Heavy Sentence, pero deben haber encontrado aquí otro nexo común. Con dos trabajos ya a sus espaldas, Wode vuelven con un disco repleto de Black, pero también de Heavy, Death, Thrash y hasta Grindcore si me apuráis. Seis temas con una duración total de apenas 40 minutos son más que suficientes para captar su propuesta, y si estás atento, su propuesta te captará a ti también.
La tormenta lunática la desata "Lunar madness", en la que ya podréis apreciar la amalgama de estilos que abarcan. Blackened speed, riffs thrashers, detalles death y una sección rítmica bastante contundente, todo envuelto en una producción cristalina con aura de old school, y unas voces cavernosas. Un tema bastante pegadizo para lo extremo que resulta. El inicio muy Death-Heavy de "Serpent's coil" (ese inicio podría ser de cualquier banda de la NWOBHM, por momentos hasta parece Maiden, mientras que en otros suenan a Dissection), da lugar a uno de los temas más destacados de todo el álbum. Sigue siendo sorprendente la facilidad con la que añaden diferentes estilos sin que todo suene a extravagante batiburrillo sin sentido, y la verdad es que les queda muy bien. Un tétrico inicio en "Fire in the hills" atenaza el espíritu, sonando bastante desalentador y escalofriante, pero el desenfreno se desata con una pista bastante movida a ritmo de black and roll, potente e intenso, con algunos de los momentos más netamente black del disco.
Si buscáis algo más bruto, tal vez vuestro tema sea "Sulfuric glow", donde todo suena a mucha más velocidad, aunque hay lugar también para crear atmósferas y demostrar sus cualidades. "Vanish beneath" puede parecer un interludio o un tema instrumental, con casi 2 minutos de infierno sonoro ambiental, pero el black and roll vuelve a hacer acto de presencia para quedarse. Riffs rompecuellos y tambores pesados, y un final muy blacker. Y no os preocupéis, pues aunque "Streams of rapture (I,II,III)" es el tema final, todavía tenemos por delante 10 minutos de música donde la teatralidad toma protagonismo con unos sintetizadores y el eco de unos tambores, hasta que el Black Metal de Wode arrasa con todo. Por el camino, otra ración de thrash y un final con toques de metal tradicional envuelto en un halo tenebroso.
Más que satisfecho con mi primera experiencia con esta banda británica, os incito a que hagáis una primera incursión en su tercer trabajo. Aunque no seáis puramente amantes del extremo, a buen seguro encontraréis algo con lo que identificaros dentro de la amplia gama de sonidos que abarcan.
Alex A.
PCDM.
Die-hard fan de Metallica. Degustador de todos los estilos, aunque con criterio.
Fiel seguidor de la saga Star Wars y de las aventuras de Son Goku.